Los triunfadores son derrotistas inteligentes que renuncian con frecuencia

Recuerdo que cuando estaba en el colegio uno de mis profesores me enseñó una frase que decía: “Los triunfadores nunca se rinden y los que se rinden nunca triunfan”. Por un tiempo creí en esa declaración pero luego comprendí que no necesariamente era cierta.

Esto sucedió porque experimenté una situación donde un trabajo consumió mucha de mi energía y me alejó de proyectos que estaban declarados dentro del marco de mis propósitos personales. En ese momento entendí un concepto que usualmente es conocido como “renuncia estratégica” el cual consiste en liberar espacio y tiempo para dedicarlo en aquellas actividades que estén relacionadas y conectadas por el propósito superior que ha sido declarado.

Funciona en la vida personal y en la vida corporativa. Muchas veces las compañías deben renunciar a proyectos cuando estos están consumiendo recursos en exceso y desenfocan a la organización de las metas propuestas en el plan estratégico.

Mi experiencia me ha mostrado que lo mejor en el mediano plazo es renunciar a estos proyectos que no están alineados con los propósitos sin importar cuántos recursos se hayan invertido en los mismos. Lo anterior, buscando dedicar todos los esfuerzos y la energía de la compañía en los proyectos estratégicos que han sido definidos por el equipo de liderazgo de la organización.